El 21 de agosto de 1911, la Gioconda fue robada por Vincenzo Peruggi, un artesano italiano de espejos que trabajaba en el Louvre en ese momento. Todavía no está claro por qué lo hizo. Existe la teoría de que Peruggi pretendía devolver la Mona Lisa a Italia, confiado en que había llegado a Francia de forma ilegal, sin saber u olvidar que el propio Leonardo da Vinci había llevado el cuadro a Francia. La búsqueda policial resultó inútil. Pablo Picasso y Guillaume Apollinaire fueron sospechosos del robo y este último incluso fue detenido, pero luego fue liberado. El famoso retrato fue encontrado sólo dos años después en su tierra histórica. El desafortunado secuestrador respondió al anuncio en el periódico y ofreció vender la "Gioconda" al director de la galería Uffizi. Lo más probable es que haya planeado hacer copias y hacerlas pasar por originales. Perugia, fue detenido y encarcelado, pero los jueces tuvieron en cuenta su patriotismo italiano y le impusieron una sentencia corta.
Como resultado de sus largos viajes, sólo un año después, el 4 de enero de 1914, la obra maestra (tras numerosas exposiciones en ciudades italianas) volvió al Louvre de París.
El principal misterio de Gioconda reside en su sonrisa. Todo el mundo sabe que se puede sonreír de diferentes maneras: con alegría, con tristeza, con vergüenza, con seducción, con sorna, con burla. Pero en el caso de Mono Lisa, ninguna de estas características encaja. Hay muchas explicaciones diferentes de su sonrisa, algunas de ellas dignas de atención, otras de las que uno sólo quiere reírse.
Algunos afirman que la mujer representada en el lienzo está embarazada. Y su sonrisa es el sentimiento de una futura madre que siente el movimiento del feto. Otro afirma que la sonrisa de Gioconda está destinada a su amante. Y es el propio artista.
Alguien (volviendo a la cuestión del autorretrato del cuadro) cree que es la enigmática sonrisa del propio Leonardo.
La sonrisa de la Mono Lisa es un tema que preocupa mucho a los médicos. Para ellos, un retrato de Mona Lisa es una gran oportunidad para probarse tal o cual diagnóstico sin temor a cometer un error médico. La pobre mujer del retrato tiene mucho que decir. Había parálisis facial, colesterol alto e incluso le faltaba un diente delantero.
Los neurofisiólogos también intentaron resolver el misterio de la sonrisa de Mono Lisa. Según su versión, el misterio no reside ni en el propio modelo ni en el maestro, sino en los espectadores. ¿Por qué tenemos la sensación de que su sonrisa desaparece y vuelve a aparecer? La neurofisióloga de Harvard Margaret Livingstone sostiene que la magia del arte no tiene nada que ver. Tiene que ver con las peculiaridades de la vista humana: la aparición o desaparición de una sonrisa depende del lado desde el que se mire la cara de Gioconda. Los expertos dividen la visión humana en dos tipos: la central, orientada a los detalles, y la periférica, que no es tan clara. En cuanto te concentras en los ojos de la "modelo" o intentas rodear su rostro con la mirada, consigues una sonrisa de Gioconda. Pero si concentras tu mirada en sus labios, la sonrisa se derretirá. Así es como los científicos han resuelto científicamente la misteriosa sonrisa de la Mona Lisa.
Sin embargo, aunque no demuestre la fisiología humana, a muchos les resulta más agradable pensar que el misterio de la gran Mona Lisa reside en el genio de su creador. Todo el mundo admira la obra maestra del gran Da Vinci, intentando desentrañar él mismo el misterio de su sonrisa. Parece que sólo Leonardo sabía la respuesta..